La cadena de bloques de Bitcoin fue diseñada con el único propósito de transferir un activo digital: el bitcoin. Básicamente, una transacción de bitcoin contiene tres piezas de información: el remitente, la cantidad y el receptor. Esa información se firma y se transmite a la cadena de bloques, donde el proceso de validación la hará definitiva.

Pero las transacciones podrían contener potencialmente muchas más información que esa. Podrían contener conjuntos completos de instrucciones capaces de desencadenar operaciones más complejas.

Esta es la visión detrás de los contratos inteligentes

El equipo creador de Ethereum lanzó la primera cadena de bloques compatible con contratos inteligentes en 2015. La cadena de bloques de Ethereum no solo era capaz de procesar transferencias de fondos, sino que también podía almacenar y ejecutar código.

Los antecesores primitivos de los smart contracts son las máquinas expendedoras: dispositivos capaces de recibir una entrada de dinero, comprenderla y validarla, entregar un producto a cambio e incluso calcular y entregar el cambio.

Los contratos inteligentes son conjuntos de instrucciones escritas en código análogas a la secuencia de acciones realizadas por una máquina expendedora. Se pueden cargar en una cadena de bloques capaz de procesar smart contracts, donde vivirán y operarán indefinidamente, sin necesidad de mantenimiento o interacción humana.

<aside> 💡 El fundador de Ethereum, Vitalik Buterin, usó la siguiente analogía para explicar Ethereum: mientras que Bitcoin es como una aplicación de pagos instalada en tu teléfono, Ethereum es como Android: un sistema operativo completo que permite que los desarrolladores imaginen todo tipo de aplicaciones (= contratos inteligentes) que los usuarios podrían desear.

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Veamos un ejemplo. Bob es un fotógrafo que necesita dinero urgentemente: necesita viajar a Londres donde fotografiará a Coldplay en concierto, pero no tiene el dinero para el viaje y la estancia en Londres. Una vez entregue las fotos, una revista de música le pagará el trabajo, pero en este momento no dispone del dinero.

Un préstamo es un ejemplo de una operación financiera que puede definirse como un conjunto de pasos o instrucciones que pueden ser ejecutadas por una máquina.

Pero sí tiene en su poder un reloj de lujo que le regaló su esposa, y que cuesta el doble del precio de sus gastos.

Alice tiene una cantidad de dinero inmovilizado en su cuenta del banco, y no le importaría prestarlo a cambio de cobrar un pequeño interés. Podría prestarle dinero a Bob si él le dejase el reloj en depósito hasta que él le devolviera el dinero más los intereses, una vez que Bob ingresara el dinero de las fotos.

Pero, ¿quién quiere entablar una relación así? Alice y Bob no saben si pueden confiar el uno en el otro. “¿Me devolverá Bob el dinero? Si no lo hace, tendré que vender el reloj y no sé cómo se hace eso.” “¿Me puedo fiar de Alice? Si vende el reloj y desaparece con el dinero, saldrá ganando.” Si las cosas se ponen feas igual tienen que recurrir a la policía. ¿Quién quiere una solución que se parece tanto a un problema?

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Una máquina podría ayudar. Alice podría guardar sus fondos en una caja fuerte custodiada por un robot. El robot solo desbloqueará la puerta y le entregará el dinero a Bob si Bob entrega el reloj. El propio robot se asegura de que el reloj sea auténtico y entrará en Amazon para asegurarse de que realmente cuesta el doble del importe del préstamo. Una vez hecho el intercambio, el robot iniciaría un temporizador:  Bob debe regresar con el dinero, más intereses, antes de que transcurran dos semanas. Sólo entonces el robot abrirá la caja fuerte y le devolverá su reloj.  De lo contrario, si se acaba el tiempo, el robot venderá el reloj en Amazon, le entregará el dinero a Alice y cabalgará hacia la puesta de sol.

Cambia el dinero de Alice y el reloj de Bob por activos digitales, y cambia al robot y la caja fuerte por un  software que se ejecuta en una blockchain, y tienes la explicación de los contratos inteligentes.

Las finanzas descentralizadas han sido la primera gran contribución de los smart contracts. Los contratos inteligentes han permitido a los usuarios intercambiar, prestar, pedir prestado e invertir en activos digitales de forma inmediata y global con niveles nunca antes vistos de eficiencia, seguridad y transparencia.

Aún así, el potencial real de los contratos inteligentes aún está por descubrirse.


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